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02 No podemos estar solos - Catequesis 3 y 5

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Adolfo Güémez

May 2, 2025 2 Minutes Read

02 No podemos estar solos - Catequesis 3 y 5 Cover

Un grito que sigue resonando: “No es bueno que el hombre esté solo”

Desde el principio, Dios vio algo que no estaba bien. Después de crear todo con belleza y armonía, hizo al ser humano… y dijo algo sorprendente: “No es bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2,18).

Esa frase, tan breve, revela una necesidad profunda que todos llevamos dentro: fuimos creados para la comunión, para amar y ser amados.

San Juan Pablo II, en esta tercera y quinta catequesis, profundiza en esa soledad original del hombre. No se trata solo de que Adán no tuviera a Eva todavía. Se trata de algo más profundo: Adán descubre que, entre todos los seres vivos, solo él es consciente, libre, capaz de amar. Y esa grandeza le revela también una soledad: nadie más es como él.

La soledad revela que somos únicos… y que necesitamos al otro

Esta experiencia de soledad no es algo negativo. Es una etapa necesaria. Porque es al sentirse solo que el hombre se reconoce distinto de los animales. Se da cuenta de que es “alguien”, no solo “algo”. Y es justo desde esa conciencia que puede abrirse a la relación con el otro, no desde la necesidad, sino desde el don.

Dios no crea a la mujer como un parche para su tristeza, sino como respuesta a una vocación más grande: vivir en comunión. Por eso, cuando Adán ve a Eva, no la posee ni la usa. La reconoce y la recibe como un regalo. Por fin alguien como él, con quien puede compartir su humanidad.

No estamos completos sin comunión

San Juan Pablo II lo dice con fuerza: el ser humano, desde el principio, está llamado a la comunión de personas. Esa es nuestra verdad más profunda. Y por eso, aunque tengamos mil cosas, si no tenemos amor, seguimos experimentando esa soledad.

Hoy más que nunca, en un mundo lleno de ruido y conexiones superficiales, esta verdad brilla con claridad. No fuimos hechos para estar aislados. Nuestro corazón necesita ser visto, escuchado y amado de verdad. Y ese anhelo no es un defecto: es la huella de Dios en nosotros.


Hazlo vida hoy: Mira a tu alrededor. ¿Hay alguien cerca de ti que vive una soledad silenciosa? Regálale tu presencia. A veces, una escucha atenta o una palabra amable puede ser el comienzo de una verdadera comunión.


¿Te gustó este tema? Puedes escucharlo completo en nuestro podcast en Spotify: https://open.spotify.com/episode/0z9bleEgxRP9O8FXGNlaOu?si=ffb189b3963b434a

TLDR

La Teología del Cuerpo, a través del relato de la creación en el Génesis, revela que la soledad original es un paso importante hacia el autoconocimiento y la necesidad de comunión que define a la familia.

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